Con su maestría, Pedro Rodríguez ayudó a Porsche a ganar los títulos del Mundial de Resistencia de 1970 y 1971. El segundo de ellos, junto al inglés Jackie Oliver. A cincuenta años del fatal accidente que cobró su vida, Oliver aún extraña al mexicano.
Pedro Rodríguez de la Vega sigue siendo el piloto mexicano más exitoso de todos los tiempos. Un ídolo del pasado y una leyenda de hoy. Nacido en Ciudad de México el 18 de enero de 1940, el llamado ‘Ojos de Gato’ por su habilidad para correr bajo la lluvia y en la noche, disputó 55 Grandes Premios de Fórmula Uno entre 1963 y 1971, período en el que obtuvo dos victorias y siete podios. En carreras de resistencia logró un triunfo en las 24 Horas de Le Mans, cuatro en las 24 Horas de Daytona (dos con Porsche) y 11 en el Campeonato Mundial de Marcas (ocho con el Porsche 917).
En las temporadas de 1970 y 1971 ayudó a Porsche a ganar los títulos del Campeonato Mundial de Marcas –hoy llamado Campeonato Mundial de Resistencia (WEC)–. En su última carrera con Porsche no solo ganó los 1000 Km de Zeltweg (Austria), sino que hizo la pole position y la vuelta más rápida en carrera (el llamado Grand Chelem).
Nadie mejor para recordar al héroe mexicano que el inglés Jackie Oliver, piloto con el que disputó ocho de las 10 carreras que hicieron parte del Mundial de 1971. Las victorias en Daytona, Monza y Spa los inmortalizaron.
“Pedro parecía ser el tipo de piloto que prefería adaptarse a los problemas técnicos en lugar de tratar de resolverlos. Y creo que eso es particularmente importante a la hora de conducir un auto deportivo en carreras de larga duración. Porque en carreras de larga duración, antes no ahora, la confiabilidad del auto era muy importante, ya que no eran tan resistentes como lo son ahora”, dijo Oliver. “Creo que él lograba mucha empatía con el auto. Y si usted tiene mucha empatía con el auto, como él la tenía, no solo lo hace más confiable, sino que lo hace más rápido en algunas curvas de alta velocidad.
Pero Pedro era más que un piloto exitoso. Venía de una familia pudiente que se esmeró en educarlo desde niño y apoyarlo en su pasión por la velocidad, al igual que lo hicieron con su hermano Ricardo.
Doble victoria
“Pedro no solamente ganó muchas carreras para Porsche, o para muchas otras personas, sino que era muy agradable trabajar con él”, dijo quien en 1977 fundara el equipo Arrows Grand Prix para disputar el Mundial de Fórmula Uno. “Pienso que son dos componentes: un piloto que puede ganar carreras para un fabricante como Porsche y a la vez ser una persona muy agradable, un gran individuo para tener en el equipo. Es una doble victoria”.
El 27 de junio de 1971 Pedro Rodriguez disputó su última carrera con Porsche. Con su maestría llevó al 917 a ganar los 1000 Km de Zeltweg (Austria). Menos de un mes después, el 11 de julio, el mexicano perdió la vida en el autódromo Norisring, en Nuremberg (Alemania).
“Pedro y yo teníamos edades similares y empezamos de manera similar”, dijo Oliver. “Y lo extraño. Y lo extraño porque si doy una mirada al pasado a todos los autos que manejé y a todos los pilotos con los que conduje o compartí, Pedro fue el mejor”.