Charlotte, Carolina del Norte, 31 de octubre de 2012.- Tras el percance sufrido el domingo pasado en la Chihuahua 200, el alto mando del Telcel Racing determinó darle descanso a Daniel Suárez, por lo cual no correrá este fin de semana la K&N Pro Series East en Rockingham, para que llegue al 100 por ciento a la gran final de la NASCAR México Series, programada para el 11 de noviembre en el Autódromo Hermanos Rodríguez.
El piloto regiomontano quedó fuertemente zarandeado tras impactarse con el muro en el giro 130, luego de que el auto Telcel/Alcatel/Huawei/ Roca Acero/Acapulco sufrió la rotura de la suspensión después de haber brindado un sensacional espectáculo lapeando a 25 de los 31 autos en contienda.
El fuerte choque dejó a Suárez con una gran cantidad de pequeños golpes, pero lo más significativo fue un tirón muscular en el cuello, que se hizo más intenso al día siguiente de la carrera, por lo cual el médico, tras auscultarlo y revisar las radiografías, le prescribió el uso de collarín, analgésicos y reposo durante una semana más.
«El doctor me dijo que si corría este fin de semana no iba a estar al 100 por ciento ni en ésta carrera, ni en la de México. Lo mejor era no correr en Rockingham para reponerme y llegar en perfectas condiciones a la final de NASCAR México, que desde luego es la que tiene prioridad. No es nada grave, pero si me siento muy adolorido», explicó Daniel.
De hecho, Dany debió haberse quedado en Monterrey a descansar, sin embargo tuvo que regresar a Charlotte para atender compromisos ineludibles, en especial con su auto de la NASCAR Pro Series East que este fin de semana será conducido por otro piloto.
Aún se siente triste por lo ocurrido el domingo en Chihuahua, pues en lugar de un triunfo que era inminente, perdió el liderato de la categoría y ahora se encuentra a 18 puntos de Jorge Goeters, a falta sólo de la carrera de la Ciudad de México por disputar.
«Anímicamente estoy bien. Es algo complicado de digerir. Se trabaja todo el año y es frustrante saber que teníamos una carrera dominada, con un coche increíble, sin duda el carro de mi vida, el más rápido, como si la pista estuviera hecha a su medida. Manejé muy suelto, sin esforzarme, sin exigirle al coche, y sólo seis autos quedaban en la vuelta del líder», relató.
A sus 20 años, Suárez sabe perfectamente que debe hacerse a la idea de que no va a llegar a la final con una «cómoda ventaja», y entender que «así es el destino. Hay que seguir trabajando. No estamos muertos. Somos guerreros, seguimos vivos. Estoy confiado en que vamos a ser campeones».
Fuente: Telcel Racing
