La última válida del campeonato IZOD Indycar no pudo ofrecer satisfacción alguna al piloto venezolano Ernesto José Viso, quien se vio forzado a abandonar cuando habían 65 de las 250 vueltas que constaba la competencia de 500 Millas que se disputó el sábado en la noche en Auto Club Speedway, en California, Estados Unidos.
Un fin de semana en el que nunca pudo contar con una máquina que le ofreciera un margen de seguridad aceptable fue el que tuvo que soportar Ernesto José Viso en el óvalo de Fontana, pista en el que las velocidades promedio superaban los 340 kilómetros por hora.
Tal como lo afirmó el propio EJ Viso, la negativa experiencia en el superóvalo californiano fue una de las más frustrantes de su trayectoria deportiva, al encontrarse con un auto sumamente inestable, sin adherencia, lo que lo llevó a considerar incluso en no tomar parte en la prueba debido a la inseguridad que representaba tanto para él como para el resto de sus colegas. Se especula en la posibilidad de que el chasis del auto del venezolano tuviese un daño que hacía inútiles los esfuerzos por encontrar un balance adecuado.
“El de Fontana fue uno de los fines de semana más frustrantes de mi carrera – relató EJ Viso – Empezó con las pruebas que hicimos el miércoles cuando tuve un auto extremadamente difícil para conducir debido a la ausencia total de adherencia. Pensé en ese momento que era debido a que la pista estaba muy lisa, especialmente con los niveles de incidencia aerodinámica con la que estábamos girando. El sábado tuve la misma sensación con el auto, pero estaba deseando participar en la última carrera de la temporada. Estaba enfocado y pensaba que tenía oportunidad de recuperar entre los primeros seis. Sin embargo, en la carrera tuve que detenerme porque no tenía adherencia tanto en la parte frontal como en la posterior. No estamos seguros qué pudo causar esto, pero definitivamente tienen que investigarlo”.
Fue tal la indignación y las malas sensaciones que tuvo el venezolano con su máquina en la irregular superficie de Fontana, que el viernes manifestó que si la categoría no aumentaba la incidencia aerodinámica o downforce, consideraba seriamente no competir, tal como lo hizo el británico Mike Conway.
Mostrando un carácter y personalidad poco comunes en el ambiente, Viso indicó que “el desafío desaparece cuando comienza la estupidez”, en referencia al escaso criterio mostrado por las autoridades de la serie que no quisieron modificar la configuración aerodinámica, algo que en opinión del criollo y de otros pilotos que no lo hicieron público, transformaba la competencia en un evento muy peligroso.
Durante las clasificaciones cumplidas el viernes, EJ Viso quedó ubicado en el vigésimo quinto lugar, pero ante la cantidad de penalizaciones que afectaron a más de una docena de pilotos que se vieron obligados a cambiar el motor, lo proyectaron al undécimo puesto en la largada. Sin embargo, apenas se dio el inicio de la prueba en el atardecer californiano, el caraqueño empezó a perder posiciones al no poder superar las 205 millas por hora de promedio, mientras los líderes rodaban por encima de las 212.
Viso, al volante de un monoplaza del equipo KV Racing Technology con el auspicio Citgo, PDVSA, Cantv, Herbalife, Mindeporte, Orefici, Baterías Titán, Acumuladores Duncan, Atún Gran Coche, Medkar y Representaciones Norvel, tras completar su primera parada en pits, cayó dos vueltas atrás con relación a los líderes y al retornar a la pista, rozó el muro exterior y tras ese incidente optó por retornar a los pits y no continuar.
Ernesto José Viso fue el primero en abandonar de los tres autos del equipo dirigido por Jimmy Vasser, que fueron seguidos por los problemas mecánicos sufridos en la máquina de Rubens Barrichello y el accidente sufrido en las vueltas finales por el también brasileño Tony Kanaan, pareja que a diferencia del venezolano, dispuso en Fontana de autos que les permitieron ubicarse sin problemas entre los diez primeros.
La décimo quinta y última válida de IZOD Indycar tuvo como vencedor al norteamericano Ed Carpenter, escoltado por el escocés Darío Franchitti, con el neozelandés Scott Dixon en la tercera posición, mientras el cuarto puesto le valió al estadounidense Ryan Hunter-Reay para apoderarse del título, luego del accidente que protagonizó el australiano Will Power, quien llegaba a la clausura con la principal opción para consagrarse campeón por primera vez.