La trayectoria del máximo ganador de la historia del World Rally Championship llegó hoy a su final; el francés Sébastien Loeb disputó el Rally de Francia aunque no lo terminó de la manera deseada, pero a pesar de todo ello, el público presente en Alsace se entregó a quien llegó a ser nueve veces monarca de la serie.
El cuarto día de competencia en Francia constaba de alrededor de 50 kilómetros cronometrados divididos en seis etapas, y con una lucha intensa por el liderato entre cuatro pilotos: Jari-Matti Latvala, Dani Sordo, Sebastien Ogier y Sébastien Loeb, todo ellos separados por menos de cinco segundos, lo que se traducía en una guerra por el triunfo.
El primer tramo resultó un verdadero reto para la dupla conformada por Sébastien Loeb y su navegante Daniel Elena. Las condiciones del asfalto mojado exigieron a los competidores poner todo de su talento. Ante ello, los pilotos optaron por colocar los neumáticos Michelin Pilot Sport blandos para el resto del día.
Unos momentos después de iniciado el primer tramo, Sébastien Loeb y Daniel Elena habían salido en los viñedos de Cleebourg para afrontar su destino. Minutos después, los monitores mostraron una la imagen increíble del coche marcado con el número 1 con las llantas de cara al cielo. Con ello, la carrera del más grande ganador de la historia del WRC, del máximo campeón de la serie en la historia, quedaba terminada.
«Creo que llegué un poco con exceso de velocidad en una curva a la derecha rápida. Cuando frené perdimos la parte trasera y nos dejó en la cuneta antes de rodar el coche. Obviamente inicié con la intención de presionar para tratar de ganar el rally. Yo hubiera preferido llegar hasta la meta y si era posible ganar el rally, pero esto es parte de la competición. Es una lástima para el equipo y para los aficionados que esperaban verme en la meta», indicó Loeb.
El francés había ostentado el liderato en la jornada del viernes tras un triplete de victorias especiales. El sábado mantuvo la contienda contra tres rivales más y con aspiraciones de obtener su victoria 79, al final, su marca dentro del WRC quedó en 78 y 116 podios. Todo ello para un total de nueve coronas de forma consecutiva, el único piloto en esta marca.
Los fanáticos reunidos en el rally campus concedieron un último homenaje a Sébastien Loeb, cuando él pasó a saludarlos junto a Daniel Elena en el tramo cronometrado número 20. Seb salió en un Citroën DS3 Cabrio en las calles de su ciudad natal.
Así, el capítulo del niño que inicio como gimnasta para después acaparar los campeonatos nacionales de rallies, desde donde saltó a la fama del Junior World Rally Championship en donde obtuvo una corona, para al final convertirse en la estrella de Citroën y su máxima inversión que redituó en el récord histórico de triunfos.
Fuente: Red Bull México