El tetracampeón del mundo recuerda el Gran Premio de Argentina de 1994, cuando las circunstancias le llevaron a hacer lo impensable.
Después de lograr tres títulos mundiales de 80cc y uno de 125 a finales de la década de los 80, Jorge Martínez «Aspar» probó suerte en los 250cc, aunque su verdadera especialidad continuó siendo el «octavo de litro» con fabricantes como JJ-Cobas, Honda, Yamaha y Aprilia.
Aspar era piloto de Yamaha en 1994 y había pedido en repetidas ocasiones modificaciones en el chasis para mejorar el comportamiento de su montura, pero estos cambios nunca terminaban de llegar por parte de la casa nipona, enfatizando que se harían hasta el próximo año.
Llegando a la décimo tercera ronda de la temporada en Buenos Aires, el piloto español y su equipo decidieron pasar a la acción. Durante la semana anterior al GP de Argentina el equipo cortó literalmente el bastidor sin permiso de la marca japonesa para conseguir una nueva geometría respecto a la suspensión delantera (entonces la parte ciclo de las motos de GP no permitían según que reglajes).
El piloto de Yamaha hizo buena aquel fin de semana la máxima de «las situaciones extremas requieren soluciones extremas…». El resultado de esta modificación en carrera fue realmente sorprendente al ganar el GP de la República Argentina.