David Avendaño culminó segundo en Bélgica, en la edición 56 del Trial du Mont Panisel

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El motociclista venezolano David Avendaño logró el segundo lugar en el 56 Trial du Mont Panisel en la categoría Júnior, competencia celebrada el domingo en Mons, Bélgica.

Midiéndose en una categoría que es dos clases superiores a la que le corresponde por edad, David Avendaño, de apenas 12 años, tuvo una magnífica actuación sobre un recorrido en el que las bajas temperaturas y la lluvia elevaron al máximo el grado de dificultad de cada una de las zonas.

Avendaño, al manillar de una moto Gas Gas, sumó 9 faltas a lo largo de las 36 puertas que debió enfrentar. El vencedor fue el local Nicolás Puttemans, al firmar una tarjeta de 6 faltas, tercera posición que correspondió a Steve Braekevelt con 13 faltas. Tomaron parte en su división hasta catorce pilotos, registrándose apenas un abandono.

Las condiciones ambientales llegaron a ser catastróficas, registrándose 2 grados centígrados, lluvia copiosa con unas gotas de agua tan congeladas que de alguna manera hacían parecer los 2 grados del ambiente como “cálidos”. Las 12 zonas fueron distribuidas en tres distintos pueblos de Mons, ruta de unos 20 kilómetros por vuelta.

Por segundo año consecutivo David consiguió subir al podio en el Trial du Mont Panisel, después de hacerlo en la edición 2012 cuando finalizó tercero en la división Randonneurs, prueba organizada por el Royal Mons Auto Moto Club. La siguiente presentación del jovencito caraqueño está pautada para este 17 de noviembre en Cal Rosal, en Cataluña, escenario de la última válida del Campeonato de España de Trial.

UN TRIAL CON POCA TRACCIÓN Y UN CLIMA ADVERSO

Por: Alejandro Avendaño

El Trial du Mont Panisel es el más antiguo de Bélgica, en el que su creador sigue siendo pieza fundamental en la organización de la prueba. El día domingo se realiza el trial con motos actuales y el sábado se desarrolla el que constituye la competencia con la mayor concentración de motos clásicas pre 1965 de Europa, con verdaderas joyas de cuadro rígido, pre-unidades, etc, con pilotos de la talla de Mick Andrews.

Las zonas 1 y 2 eran sobre terreno extraordinariamente húmedo por encontrarse bajo un tupido túnel vegetal, donde había que sortear las zonas tratando de buscar las áreas tupidas en alfombra vegetal porque una vez las hojas eran removidas el lodo que quedaba debajo era sencillamente intransitable y era imposible encontrar tracción.

Eran zonas de manejo agresivo por las subidas invadidas de raíces mohosas y abundantes giros cerrados, pero a la vez había que afrontarlas que excesiva madurez e inteligencia para poder sacarle provecho a los cada vez menores puntos donde encontrar tracción, situación que empeoraba vuelta tras vuelta tras el paso de los pilotos. Aquellos que no encontraban puntos de arranque se quedaban patinando aún en plano.

David, en un alarde de madurez adquirida en España, ubicaba los sectores de tracción y se dirigía de uno a otro para poder conseguir la tracción que le ayudaría a llegar a la otra sección de tracción y poder hacer la zona completa sin problemas, logrando hacer sus tres pases en cada una de las zonas en cero.

Las zonas 3 hasta la 10 eran en una mina de carbón abandonada y en ruinas. Las zonas se diseñaron dentro de las ruinas de las construcciones, con abundantes paredes de ladrillo rojo completamente mohosas, lodo pegajoso, zonas en laderas de montañas de carbón disuelto casi a estado de polvo, lo cual sumado al agua por la lluvia convertía el terreno en una cosa extraña que al menos ninguno de nosotros había experimentado antes.

Las condiciones de tracción variaban de segundo a segundo dependiendo de la capa de carbón pulverizado que se encontraba expuesta. Esta sección de zonas resultaron ser las de manejo más delicado y complicado porque el paso sobre las paredes de ladrillos derruidas era sumamente traicionero por su inclinación y la absoluta falta de tracción por lo mohoso. 5 de las 9 faltas de David fueron en la zona 4, la más traicionera y peligrosa y la que, hasta donde vimos, causó los mayores estragos a los pilotos.

Las zonas 11 y 12 eran en otro lugar, con zonas de terreno algo más noble en comportamiento, pero con abundantes piedras verdes y grandísimas paredes que subir. Teóricamente estas zonas fueron las diseñadas para que se marcara la real diferencia entre los pilotos de las distintas clases debido a la dificultad de sus pases sobre piedras mohosas y subir las grandes paredes mohosas, pero en el caso de David, estas zonas fueron las que le dieron menos problemas o preocupaciones, logrando todos sus pases en cero.

En definitiva, fue un trial sin desperdicio ni errores. No hay nada que lamentar y las 9 faltas que cometió son estrictamente necesarias e inevitables debido a lo traicionero del terreno. Lo más importante es que David continúa en su proceso de madurar el manejo, evitar los adornos innecesarios, revisar una y otra vez las zonas antes de cada paso para ver que ha cambiado o que se puede hacer mejor.

Nos falta madurar las reacciones de cuando los resultados no acompañan los esfuerzos realizados, pero con 12 años aún tiene tiempo para que eso mejore.

En el acto de premiación, el adjunto al alcalde de la ciudad de Mons le hizo entrega a David de la “Medalla de Mons”. Total que para un niño tener ya en un año recuerdos como éste y de cuando lo nombraron invitado de honor de Canyelles, también es otro aliciente más para seguir adelante, y, lo más importante, puede disfrutar con sus escasos 12 años esos recuerdos que los tendrá por toda su vida.