- La victoria, la derrota, un podio a 354 km/h y la avería menos oportuna de la historia dejan una ronda de MotoGP™ en su todo esplendor.
El Gran Premio TIM de Italia en el circuito de Mugello se presentaba como una de las carreras más esperadas de la temporada en el Campeonato del Mundo de MotoGP™.
Tras el desenlace de la ronda francesa donde Jorge Lorenzo (Movistar Yamaha MotoGP) lograba una intachable victoria y Marc Márquez (Repsol Honda Team) perdía la primera plaza provisional en el campeonato, Valentino Rossi (Movistar Yamaha MotoGP) también había recuperado terreno con su segunda posición tras el fiasco de Austin. Los tres principales contendientes al título quedaban separados por apenas 12 puntos después de cinco carreras. De alguna manera, todo volvía a empezar.
Dos semanas después en Italia la victoria de Lorenzo en Mugello por apenas 19 milésimas de segundo sobre Marc Márquez sólo ha sido la guinda de un fin de semana lleno de emoción que ha tenido todos los ingredientes de una gran carrera de MotoGP™.
La pole position terminaba en manos de Rossi, el ídolo local. Viñales, llamado a ser la siguiente súper estrella de MotoGP™, era segundo en parrilla decidido a ganar su primera carrera. Lorenzo era de nuevo líder del campeonato en un territorio completamente hostil y Márquez luchaba sesión tras sesión contra los demonios que parecen haberse apoderado de la Honda RC213V.
Las Ducati oficiales tenían ante sí la gran oportunidad de lograr su primera victoria precisamente en Italia y lo que era más que seguro es que el récord de 351 km/h a final de la recta principal de Mugello tenía las horas contadas.
Lorenzo luchó el día de la carrera por una victoria que ya había conseguido antes en Mugello, pero que en esta ocasión parecía se le resistiría tras lo visto en los entrenamientos. Su gran salida dio la vuelta a ese pesimista pronóstico y el acierto de Rossi tras el semáforo también contribuyó a dejar servido en bandeja el duelo más esperado.
Mientras todo eso ocurría, Márquez se negaba a aceptar la condición de comparsa en el tercer escalón del podio. Su esfuerzo por alcanzar a los dos pilotos en cabeza de carrera sobreponiéndose a sus problemas para transmitir la potencia al asfalto tuvo el premio añadido de ganar una posición por el abandono de Rossi. Por otra parte, nadie se atreve a adivinar qué hubiera pasado si estos tres pilotos hubieran llegado juntos a la última vuelta.
Por una razón u otra, los dos pilotos españoles llegaron juntos a ese momento con la irrefrenable convicción de hacer todo lo que fuera necesario por ganar. ¿Todo? Como se pudo ver en la última vuelta, todo lo que se supone debe verse en una buena carrera de velocidad.
Impecablemente acompasados durante la última vuelta, Lorenzo y Márquez se adelantaron en varias ocasiones sin llegar a tocarse en ningún momento. Sólo se obsequiaron con adelantamientos al límite y sin piedad que elevaban más y más la temperatura de la lucha por la victoria, con especial mención a la maniobra de la última curva a cargo de Lorenzo.
El de Yamaha lo intentaba todo por no despegarse de Márquez desde la salida de la curva 12 (Correntaio) y también en la salida de la chicane que forman Biondetti 1 y 2 hacia la curva final (Bucine). Los bandazos del tren trasero de la moto de Márquez saliendo de la chicane evidenciaban que ya nada excepto ganar se estaba teniendo en cuenta.
Al mismo tiempo, la limpieza del «casi adelantamiento» de Lorenzo en la curva final también demostró su gran sentido de la deportividad, al ceder en una situación imposible que no podía acabar bien de ninguna forma. Quizá esa cordura le dio, incluso metafísicamente hablando, la oportunidad de volver a intentarlo en la recta final.
El fin de semana en Mugello había dejado claro desde los primeros entrenamientos que Rossi estaba dispuesto a todo para lograr la victoria ante un público local que estaba literalmente volcado con el dorsal 46. Desde la FP1 practicando salidas para afinar su tacto en el embrague hasta su magnífica pole position del sábado, todo parecía indicar que nada podría apartar a Rossi de la lucha por la victoria en la carrera del domingo.
La imagen de Rossi desmoralizado mientras su moto escupía aceite vaporizado por el escape ejemplificó muy gráficamente la decepción del nueve veces campeón del mundo; incluso los semidioses están expuestos a los caprichos de la fortuna en los momentos más señalados. Aparte, Rossi también perdió unos valiosos puntos que ahora complican mucho más su aspiración de luchar por el décimo título mundial de su palmarés: «Ahora la distancia es larga, pero es lo que hay…», declaraba apesadumbrado el #46 tras la carrera.
En esta ocasión entró en juego la variable mecánica y, por qué no decirlo, también la propia suerte. Lorenzo también reventó literalmente su propio motor en la última vuelta del warm up y, según declaraba tras la carrera, de haber dado una vuelta menos durante la sesión libre de la mañana del domingo ese mismo motor habría explotado aproximadamente en el momento de formar parrilla.
Una mala salida condicionó las actuaciones de Maverick Viñales (Team Suzuki Ecstar) y Andrea Iannone (Ducati Team). El joven español de Suzuki no se podía creer que en el momento de engranar la cuarta velocidad tras la salida entrase en acción el limitador de régimen que se emplea para transitar por el pit lane (!). Algo similar debió pensar Iannone cuando su embrague patinaba en la salida y veía cómo su posición en primera línea se convertía en una undécima plaza apenas unos segundos después .
A partir de entonces, el piloto de Vasto se empleó al máximo para recuperar una plaza en el podio y en el proceso los míticos 351 km/h que había logrado el pasado año al manillar de las Desmosedici GP15 pasaron a la historia desplazados por los 354’9 km/h logrados en esta ocasión sobre la montura de 2016. De hecho, sus compañeros de equipo Andrea Dovizioso y Michele Pirro también dejaron su propia marca por encima del anterior récord (353’6 y 352’3, respectivamente).
Ahora, la clasificación provisional del Campeonato del Mundo de MotoGP™ ha quedado más distanciada entre los primeros. Lorenzo se mantiene líder con 115 puntos, seguido de Márquez con 105 y con Rossi tercero sumando sólo 78.
Puede que los puntos insinúen un campeonato menos disputado en este momento, pero que nadie olvide que la próxima carrera se celebrará en el Gran Premi Monster Energy de Catalunya, donde tanto Lorenzo como Márquez y Rossi saben lo que es ganar a lo grande.