El Dakar es un asunto de familia para los Plaza. Manuel disputó su primer Dakar en 1996, cuando era el joven padre de Mónica, nacida apenas unos meses atrás. Varios años después, este piloto oriundo de Cuenca, enganchado ya sin remedio al Dakar, se encontraba en Mauritania cuando nació su hija pequeña, Marta. No es por tanto casualidad que las dos niñas, hoy mujeres hechas y derechas, estén inmersas, entre otras actividades, en el pilotaje/copilotaje de vehículos todoterreno. Cuando Manuel decidió regresar tras 12 años de ausencia al conocer el nuevo destino del Dakar, no sorprende que pidiera a Mónica que le acompañara: “Es muy emocionante para mí volver después de este paréntesis, especialmente acompañado de mi hija. Me siento tan emocionado como la primera vez.” Tan entusiasta como su padre, la competidora más joven de la categoría de coches recuerda haber respirado desde la más tierna infancia el ambiente de las carreras de coches: “Siempre seguía el Dakar por la tele para intentar ver a mi padre. Muchos años después, hace cinco concretamente, participé en mi primera carrera como copiloto y sentí auténtico pánico porque no sabía absolutamente nada sobre libros de ruta ni navegación. Ahora, tengo la ventaja de la experiencia pero no puedo evitar sentirme nerviosa porque esto es el Dakar.”