Cuando le dices a Francisco López Contardo “No hablemos de la carrera”, el piloto abandona de pronto sus aires de deportista estresado. “Me consta que colaboras con la Asociación ‘Niño y Cáncer’, ¿es así”. Chaleco te pide entonces que le acompañes a un lugar más tranquilo y te abre la puerta a otra parte de su vida, aprovechando la oportunidad para hablar de algo que quizás por pudor suele guardarse para sí. “Todo comenzó cuando a mi sobrino Lucas, de 9 años, le diagnosticaron un tumor en el ojo. Comencé entonces a visitar consultas médicas y hospitales, así como a niños que atraviesan por situaciones similares. Yo no soy padre, pero me afectó mucho lo que vi… De hecho empecé a verlo todo de forma diferente. Un día, en una de mis visitas, los médicos me preguntaron si quería ayudar. La verdad que no lo había pensado hasta entonces, pero asentí de inmediato. La idea era que visitara a niños enfermos puesto que por lo visto les ayudan mucho estas visitas.” Chaleco habla rápido, queriendo contarlo todo. Comparte con su interlocutor esta experiencia personal y lo hace con gran riqueza de detalle, más si cabe que cuando habla del rally raid. Aunque también la carrera, y más concretamente su accidente de 2011, le hicieron plantearse las cosas de otra forma. “Comprendí que la vida es algo preciado”. Chaleco ha participado en una campaña destinada a recaudar fondos para Diego, enfermo de leucemia. Dice que ha aprendido muchísimo de esta colaboración. Hoy su sobrino está recuperado, Y Diego también. Pero la labor de Chaleco no termina ahí, pues no tiene intención alguna de desviarse de esta nueva trayectoria. “La semana pasada en Calama mi hermana me llamó para decirme que un niño enfermo quería verme. Así que cogí mi pick up, salí del vivac y fui a su encuentro. El Dakar y la moto es mi vida, eso es evidente. Pero ganar o perder es menos importante. Hoy me siento más humano. Estoy contento por participar en el Dakar, independientemente del resultado. En cuanto a la asociación, voy a seguir colaborando con ellos. Es demasiado importante como para no hacerlo…”