Juan Carlos Salvatierra no olvidará así como así su llegada a Oruro. Jaleado en olor de multitudes durante cuarenta kilómetros, el piloto boliviano tuvo un recibimiento digno de un presidente de gobierno.
Cuenta en su haber con dos llegadas a Uyuni, por lo que Juan Carlos Salvatierra conoce bien la pasión y el fervor del pueblo boliviano. Aun así, este oriundo de Santa Cruz no esperaba ni en sus mejores sueños un recibimiento como el que le depararon sus compatriotas al llegar a Oruro, justo al término de la quinta etapa de este trigésimo noveno Dakar. En palabras del piloto de la moto número 32: «¡Fue una locura! Nunca he visto tanta gente al final de una etapa. Cuarenta kilómetros con espectadores a izquierda y derecha. Para toda esa gente era importante recibir bien a los pilotos del rally. ¡Y cuánta pasión! Me hicieron sentir un auténtico héroe. No sé si me merecía tanto con un noveno puesto». Lo cierto es que, tras salir el décimo octavo en la especial, Salvatierra consiguió rubricar una fantástica etapa. Además, en condiciones difíciles, porque el recorrido quedó neutralizado en la salida del segundo tramo de especial debido a las malísimas condiciones meteorológicas. «A pesar de todo, fue una especial muy bonita, con una variedad de terrenos interesante», explica el piloto del equipo Duust Rally Team. «Empezamos en una región montañosa, atravesamos varios cauces, luego dunas… Fue una etapa más técnica que divertida, difícil por lo que respecta a la navegación. Precisamente me quedé un poco bloqueado buscando un waypoint y acabé haciendo veinte kilómetros de más. Salí a atacar y la verdad es que me divertí». Y para rizar el rizo, Juan Carlos consiguió que su público también se divirtiera.