- En Tailandia, el calor y la humedad llevan al límite a pilotos, motos y equipos. Aquí vemos cómo superan el reto de mantener el rendimiento y ser competitivos.
El Campeonato del Mundo MOTUL FIM Superbike se desarrolla en todo tipo de escenarios, pero uno de los más desafiantes del calendario es sin duda la cita asiática, en Tailandia, donde el primer enemigo a batir es el calor extremo y una alta humedad que dan poco respiro a los miembros del paddock. Alberto Colombo, Coordinador Técnico del equipo Pata Yamaha WorldSBK nos desvela algunos secretos y técnicas para afrontar la competición exitosamente en las difíciles condiciones que presenta el entorno de Buriram.
Importante para cualquier equipo es el sistema de frenado, y en temperaturas altas no es raro ver llegar las motos al límite de sus capacidades. El equipo utiliza conductos de aire de fibra de carbono, que empujan el aire desde el área de alta presión en la parte delantera de la moto directamente hacia las pinzas de freno, que normalmente están expuestas al aire turbulento detrás de los brazos de la horquilla. Esto ofrece más estabilidad durante la frenada, así como un mejor rendimiento general.
El equipo también utiliza pintura para controlar la temperatura de los frenos, ya que un aumento de la temperatura de frenado puede llevar a un descenso en el rendimiento de los frenos. Así, se usan tres pinturas diferentes que cambian de color a temperaturas específicas: verde a 430º Celsius, naranja a 560º Celsius y roja a 610º Celsius. Después de las carreras en la pista de Chang, la pintura roja cambia por completo. Para asegurarse de que las tasas de aumento de la temperatura no sean demasiado rápidas, se instalan discos de freno delantero Brembo más gruesos. El aumento de masa ralentiza la acumulación de calor que puede provocar la disminución de rendimiento de la frenada. Esto tiene una contrapartida: la moto se vuelve más pesada, ¡pero es que la frenada es tan crucial como la potencia en Buriram!
Por otra parte, el motor debe ‘alimentarse’ de todas las formas posibles. La regla general para hombres y máquinas es que el rendimiento general disminuye más en condiciones de calor extremo que en condiciones más ‘normales’. La temperatura del motor y del agua deben poder controlarse para una mayor duración y consistencia en su rendimiento. Cerrar el carenado lo más apretadamente posible alrededor del punto de entrada del aire a los radiadores ayuda a que salga un mayor volumen de aire del área del motor. Estas modificaciones en la carrocería hacen que se pierda algo de aerodinámica, pero, de nuevo, el enfriamiento en un ambiente de temperaturas tan extremas como las de Buriram tiene prioridad.
Si bien el rendimiento de la moto es clave desde el punto de vista técnico, los pilotos también se enfrentan a su propia aclimatación. Alex Lowes hizo el viaje desde Bangkok a Buriram sin aire acondicionado. Cinco horas en coche con su asistente para empezar a adaptarse al calor extremo que impera en la región de Buriram. Su compañero de equipo, Michael van der Mark, entrena duro durante el invierno, y asegura que llega preparado mentalmente para el desafío: «solo tienes que estar seguro de que estás listo para dar 20 vueltas y ser tan fuerte al final como lo estás al principio».
Como la mentalización no lo es todo, Lowes usa una bolsa de agua en la joroba de su mono, pero solo contiene 300 ml, una cantidad de líquido imprescindible cuando se puede perder entre un 1kg y un 1,5 kg en una sola sesión, solo con el sudor. Van der Mark usa un chaleco de enfriamiento para reducir la temperatura corporal justo antes de que comience la acción. Empezar con temperaturas más bajas significa que piloto se siente más cómodo durante un período de tiempo más prolongado.
Superadas las temperaturas de Buriram un año más, ahora los pilotos y equipos de WorldSBK seguirán afrontando el calor y la intensidad de la propia competición, pero en ambientes menos caldeados que el vivido en la segunda cita de la temporada.
