Lorenzo vs el desafío Ducati

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  • Se enfrenta a uno de los mayores retos de su carrera: ganar títulos con una segunda marca; lo analiza Neil Morrison.

Neil comenzó a trabajar como periodista deportivo en 2013, antes de ser miembro del paddock de MotoGP™ en 2015 de manera permanente. Un aficionado de las carreras, creció en una familia motera. Se unirá al equipo de comentaristas de MotoGP™ por primera vez en 2018.

Cuando Jorge Lorenzo volvió a su casa con la mareante oferta de Ducati bajo el brazo tras el primer Gran Premio de la pretemporada, se lo tuvo que pensar. La oferta era potente, en una fábrica creciente y con el caramelo de tener a Gigi Dall’Igna como máximo responsable técnico (ya trabajó con él en la Aprilia RSW250).

Además estaba el reto de poder triunfar donde no puedo hacerlo Valentino Rossi. Tras lo vivido en Valencia 2015 y viendo que ya había conseguido su tercer título con Yamaha, buscó seguir haciendo historia: tan sólo cinco pilotos lo han hecho en 69 años de historia de la categoría reina: ganar títulos con dos fabricantes distintos.

El propio Lorenzo admitió que el primer año fue complicado: con sólo tres podios y siendo séptimo en la clasificación, no cumplió las expectativas que él tenía, ni tampoco las de Ducati (que firmó a un piloto por doce millones de euros). Era un reto que requiere tiempo y paciencia: su estilo de pilotaje fluido y similar a un metrónomo parecía estar diseñado para la M1 de Yamaha, donde pilotó sus 9 años anteriores. La Ducati requería un cambio.

Tras resultados desastrosos en Assen y Sachsenring, la segunda parte de la temporada dio alas al balear; nunca mejor dicho. Los alerones aerodinámicos comenzaron a funcionar a partir de Brno, aunque su jefe de mecánicos, Cristian Gabarrini situaba el cambio en un factor mental: “Ha empezado a analizar datos con más calma en su mente. Es como una calculadora: analiza todo en orden de prioridad”. Los top5 se comenzaron a convertir en podios a final de temporada.

La pretemporada 2018 comenzó con Lorenzo asustando con la mejor vuelta de la historia de Sepang. La segunda cita de pruebas trajo la confusión en Tailandia. Mientras que Lorenzo no veía mejoras, Dovizioso veía cómo cada aspecto de la montura italiana mejoraba.

Pero hay razones para ser positivo: tras el final de temporada del pasado año, el mallorquín ya no duda de el potencial está ahí: “es una cuestión de entender el mejor setting para mi estilo de pilotaje”, dijo en el test de Qatar. “Cuando lo logue estaré luchando con los de cabeza por victorias”. No hay dudas de que el potencial para ganar carreras está ahí: si consigue sacarlo, le espera un lugar en el olimpo del motociclismo.